Las huellas de la Unión Soviética...

Sin duda, hubo dos naciones que marcaron el siglo XX. Estados Unidos (con su explosivo desarrollo) y la Unión Soviética. La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS en sus siglas en español, CCCP en sus siglas en ruso) fue creada el 30 de Diciembre de 1922 y reunía a 15 naciones que ahora eran RSS, ellas eran: Armenia, Azerbaiján, Bielorrusia, Estonia, Georgia, Kazajstán, Kirguistán, Letonia, Lituania, Moldavia, Rusia, Tayikistán, Turkmenistán, Ucrania y Uzbekistán.

La CCCP surgió luego del triunfo de los bolcheviques sobre los mencheviques, en 1922. Su primer Presidente fue Vladimir Ilich Ulianov, más conocido como Lenin, quién fue el Presidente de los Soviets y del Partido Comunista Soviético, que era el conglomerado bolchevique que gobernaba el país. Sin duda, el Soviet gobernante de la URSS era Rusia, ya que en él estaba la capital soviética, Moscú.

La URSS siguió su camino, pasando por la Segunda Guerra Mundial, el gobierno de Stalin y la Guerra Fría. En ese período, que fue desde 1945 hasta 1991, la URSS y EEUU se enfrentaron mediática e ideológicamente, Alemania Oriental estaba bajo el control soviético y muchos países se rindieron ante el poderío comunista. entre estas naciones taban Checoslovaquia, Rumania, Bulgaria, Hungría, Polonia y Yugoslavia.

Y actualmente, luego de 16 años de la caída de la CCCP, aún quedan vestigios de las malas condiciones de vida que estos países tenían cuando pertenecían al bloque socialista: Checoslovaquia se separó en la República Checa y Eslovaquia, Rumania, Hungría y Bulgaria son naciones pobres comparadas con el resto de Europa y la misma Rusia, Polonia aún no se recupera de los estragos de la II Guerra Mundial y Yugoslavia se desintegró por completo.

Las huellas de una Unión Soviética cerrada al mundo y centralizada en Moscú aún quedan, y esa es la misión que tiene la Unión Europea: abrir paso a estos países que sufrieron mientras la URSS los controlaba y enseñarles a crecer independientemente.